¡Hola! Bienvenido seas al mundo de Cuys, mi nombre es Litzy, tengo 21 años, amante de los animales pero en especial de los Cuyos, Cobayas, Cuys. Este blog tratará un poco de todo relacionado a los Cuyos, su salud, sus cuidados, sus espacios, sus enfermedades, sus pasatiempos y sus comidas, entre más cosas que igual me podrías preguntar o sugerir. La razón por la que he decidido armar este pequeño blog es en función de que sé que ser mamá o papá de un cuy por primera vez, suele ser bastante complicado cuando no tienes una idea de que hacer o cómo hacerlo. Ya que es bien sabido que una de las principales responsabilidades y aprendizajes al tener una mascota es tener bien en claro que no es un juguete, y que su vida depende prácticamente de ti y de la atención que le pongas, ya que no tienen conciencia propia sobre la vida, es como un bebé que crecerá, solo que los animales jamás madurarán en razón de su mentalidad. Con tantas preocupaciones por calmar y por tantas dudas que resolver me decidí a ir abordando temas basados en mi experiencia con mi cuy. Fue una aventura desconocida el decidir tener un cuy en casa, ya que con los miedos que tengo por los ratones y lo delicados que son, tenía miedo a perder a mi cuy o que las personas de mi casa no la aceptarán o trataran como a cualquier otra mascota, incluso llegué a pensar que le tendrían miedo por ser familia de los ratones.
Cuando mi cuy hembra, llamada
“Cochinilla” llegó a mí, lo primero que hice fue buscar en internet cómo atenderla,
qué darle de comer, cómo cuidarla y sostenerla también, ya que no quería
lastimarla. Pero no encontré la información que realmente me fuera útil, por lo
cual acudí a mi hermano, quién ya había tenido dos Cuy antes que yo, pero uno
falleció por un mal agarré y fractura, el segundo Cuy estaba muy bien cuidado;
por lo cual él me explicó que se les debe de dar ciertos cuidados especiales ya
que son muy delicados por ser una raza pequeña.
Mi primera experiencia con mi cuy fue el que no me tuviera miedo, que se
fuera acercando a mí por voluntad y para ello le fui acariciando su pequeña
cabeza, aun con la delicadeza con la que estaba intentando hacerlo, la asusté,
por lo cual procedió a orinarse encima de mí, ahí aprendí a hacerlo más
despacio y sin tanta fuerza para no incomodarla. La segunda ocasión que le
quise acariciar noté unos pequeños animalitos sobre su pelaje negro, mi
reacción fue imaginar que eran pulgas o incluso pequeñas chinches, cuando la
llevé al veterinario me dijeron que eran parásitos, que reposan en el pelaje
del cuy, y cuando sienten una amenaza o estrés, suelen despertar por decirlo
así, fue así como comprendí la mejor técnica para sostenerla sin que fuera a
orinarse encima de mí y sin estresarla de su estado de reposo.
Chidos los cuyooooooos🤠
ResponderEliminarCositas hermosas 🥰
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